“Time in My Hands”: Photos of My Mom”

This blog is a little different. Perhaps the right word is more intimate, because today I’m sharing something very personal: old photos of my mom, kept in family albums that have been passed down through generations, and that I recently held in my hands.

These are not just images on paper. They are moments holding memories for her and my dad, primarily… memories of a life that came before me, and that, in some way, also belongs to me.

Looking at them, I felt that I wasn’t just observing her story, but also stepping into my own. These photos took me back to my childhood, to my early years of growth, to those silent inspirations that still live in the way I create, dress, and draw inspiration from her style and her constant embrace of femininity. She inspires me, especially on days when I don’t feel like getting ready; her example gently encourages me to reconsider and embrace it.

She has always been a resilient woman. It’s not just her external beauty, but the beauty within—her heart and mind have always amazed me. I marvel at how she transforms complex situations into manageable ones, without anguish, turning challenges into processes that seem light. In the photos, it’s as if nothing she lived through weighed on her in that moment.

I think I learn from her not only in the “superficial” sense—her graceful way of living—but also from that depth that fills my heart with peace and harmony. It makes me think that life can suddenly turn into photographs, and that living can take many forms; each person chooses their own. She chose hers with love: smiling, caring for her heart, mind, and soul, enjoying her clothing, makeup, hair, accessories, and everything around her.

This is where my greatest desire in publishing her photos comes from: discovering how I want to live, what my own longing is, and wondering if, in 30 years, when my own photographs are seen, I too will be a source of inspiration like my mom… I don’t know… I hope so!

Writing about this makes me feel vulnerable. Talking about my mom, my roots, and what shaped me always opens a space for tenderness and truth. But I believe vulnerability is also a gift: it reminds us who we are and allows us to connect from a more human place.

Perhaps that’s why I wanted to share this here, because sometimes our parents’ memories become a mirror of who we are… and a compass for what we continue searching for in life.

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“El Tiempo En Mis Manos”: Fotos de mi Mamá

por Mariel Méndez | MARALOVE

Este blog es un poco distinto. Quizás la palabra correcta sería más íntimo, porque hoy les comparto algo muy personal: unas fotos de mi mamá, guardadas en antiguos álbumes familiares que han pasado de generación en generación, y que recientemente tuve entre mis manos.

No son solo imágenes en papel. Son momentos que guardan recuerdos para ella y para mi papá principalmente… recuerdos de una vida que me antecede, y que de alguna manera también me pertenece.

Al verlas, sentí que no solo estaba observando su historia, sino también entrando en la mía. Porque esas fotos me llevaron de vuelta a mi infancia, a mis primeros años de crecimiento, a esas inspiraciones silenciosas que hoy siguen viviendo en mi manera de crear, de vestir, de inspirarme en su estilo, su constante de ser femenina. Me inspira sobre todo cuando a veces no quiero arreglarme, su inspiración me lleva a re considerarlo y animarme.

Siempre ha sido una mujer resiliente. No es solo su belleza externa, sino la que tiene dentro: su corazón y su mente siempre me han asombrado. Me maravilla cómo lleva situaciones complejas hacia caminos superables, sin agonía, transformando los retos en procesos que parecen ligeros. Al verla en fotos, parece que nada de lo que vivió hubiera pesado en su momento.

Creo que aprendo de ella no solo en lo “superficial” —su forma de vivir con belleza— sino de esa profundidad que llena mi corazón de paz y armonía. Me hace pensar que, de repente, la vida se convierte en fotografías, y que vivir se puede hacer de muchas maneras; cada quien elige la suya. Ella escogió la suya con amor, sonriendo, cuidando su corazón, su mente y alma, disfrutando su vestimenta, su maquillaje, su cabello, sus accesorios y todo lo que la rodea.

Es ahí donde reside mi mayor deseo de haber publicado sus fotos: en descubrir cómo quiero vivir, cuál es mi anhelo, y preguntarme si dentro de 30 años, cuando se vean mis propias fotografías, seré también una fuente de inspiración como mi mamá… no lo sé… ¡Ojalá!

Escribir sobre esto me hace sentir vulnerable. Hablar de mi mamá, de mis raíces, de lo que me formó, siempre abre un espacio de ternura y verdad. Pero creo que la vulnerabilidad también es un regalo: nos recuerda quiénes somos y nos permite conectar desde un lugar más humano.

Tal vez por eso quise compartirlo aquí, porque a veces los recuerdos de nuestros padres se convierten en un espejo de lo que somos… y en una brújula para lo que seguimos buscando en la vida.

Gracias por leerme <3

-Mariel